lunes, 18 de febrero de 2008

Un Dios



Un Dios que cuenta los minutos y los centimos, un Dios desesperado, sensual y gruñon como un marrano. Un marrano con alas de oro y que se tira por todos lados, panza ariba, buscando caricias. Ese es nuestro señor.¡Abracemoslo!

Louis Ferdinand Celine

1 comentario:

Octubre dijo...

pues dicen que del cerdo se aprovechan hasta los andares...y unas alas de oro...mmmm yo creo que en vez de abrazarlo deberiamos descuartizarlo para comernos unas chuletas y un jamón, y vender las alas...